sábado, 13 de junio de 2020

Diego Agustín Guevara - ¡Oh Dios!

¡Oh Dios!




¿Qué cómo estoy? Mal, muy mal. Cada día peor. Mi psiquis está enferma. No siempre, a veces. Mmm cómo ser más explícito: La mitad de mi mente está enferma. Imagina atrocidades, aberraciones, las peores que se te puedan ocurrir. Veo  muertes, torturas de  personas que amo, sin desearlo. Maldades tales que se equiparan a las del mismo Adolfo y que yo mismo aborrezco. En esos casos, la parte sana acude en auxilio de mi cordura y luego todo sigue bien. Por supuesto, nadie lo nota más que yo. Pero eso es suficiente para que me sienta muy mal y no desee salir a ver a mi familia y a mis amigos. No puedo evitar, a veces, pensar mal de la gente que me rodea y mi media psiquis maligna me muestra motivos por los cuales debiera enfurecerme y terminar con todos ellos. La vista se me pone toda roja y soy capaz de cometer alguna locura. Por fortuna, mi otra mitad viene de pronto a refrescar mi frente con su hálito cordial y salvador. De todas formas, estoy trabajando para mejorar mi parte enferma, para volver a la normalidad cuanto antes. Aún así, debo pedirte que te vayas.

Aunque no tengo nada contra ti no sé en qué
momento mi parte oscura pueda aflorar y deba acabar contigo para luego continuar mi conversación con un cadáver. Así que por favor, vete.
Esta situación me pone increíblemente incómodo. Mejor así. 
Quiero asegurarme que llegarás sano y salvo a tu casa. Agradezco tu visita. Ya iré a verlos, una vez que sane por completo. Y ustedes, mis amigos, podrán visitarme, también, sin miedo alguno y podré compartir buenos momentos en mi humilde morada, junto a la gente que yo quiero. Por eso mismo, amigo mío, no te invito con un café. Pero, ¿qué te ocurre? levántate de ese sillón y corre antes de que sea demasiado tarde. ¿No entiendes que soy una amenaza para tu vida? Reacciona amigo mío. No puede ser. ¡Oh Dios, perdóname! Lo hice de nuevo.


                                   Diego Agustín Guevara



Comentario Crítico:

"Hoguera junto a una río" de Paul Gauguin
El cuento breve del narrador mendocino Diego Agustín Guevara expone un diálogo desde el interior del protagonista hacia un tú, visitante. En esta conversación se menciona a un Él, Dios, considerado testigo de la historia.

Puede sintetizarse el contenido como un solo ritmo narrativo: la escena. Es decir, un tiempo que se acelera hacia el momento de mayor tensión, la muerte.

La pregunta retórica al finalizar el relato nos remite a lo inevitable y la última oración "Lo hice de nuevo" produce un efecto bucle en el tiempo, una narración interminable.

Finalmente, se visualiza una segunda persona plural. Estos serían todos los lectores del cuento o bien espectadores hipotéticos del hecho.


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